domingo, 18 de julio de 2010

La modernidad como ensoñación colectiva en Walter Benjamin

Benjamin piensa la modernidad capitalista como un sueño colectivo del que es necesario despertar. En sus palabras: “el capitalismo fue un fenómeno natural que cubrió Europa como un nuevo sueño que trajo consigo la reactivación de poderes míticos” (citado en Buck-Morss 1989:298. cf. p. 279). Por ello, estudiando la modernidad “se propone abrir una perspectiva histórica en el análisis de las correspondencias que existen entre el moderno mundo de la técnica y el arcaico mundo simbólico de la mitología” (Ibarlucía 1998:18).

En El surrealismo. La última instantánea de la inteligencia europea, Benjamin destaca que la superación creadora de la iluminación religiosa no se encuentra en los estupefacientes experimentados en el movimiento surrealista sino “en una iluminación profana de inspiración materialista, antropológica, de la que el haschisch, el opio u otra droga no son más que escuela primaria” (Benjamin 1969:46). Esto supone transformar, a través de la política, la mirada histórica de lo que ya ha sucedido. De tal manera, el objetivo de Benjamin “era destruir la inmediatez mítica del presente, no insertándola en un continuum cultural que afirma el presente como su culminación, sino descubriendo aquella constelación de orígenes históricos que tiene el poder de hacer explotar el ‘continuum’ de la historia” (Buck-Morss 1989:14).

Porque “ningún hecho es ya histórico por ser causa. Llegará a serlo póstumamenteva través de aquellos datos que muy bien pueden estar separados de él por milenios” (Benjamin 1940:191). El conocimiento histórico se convierte en el único antídoto contra el estado de ensoñación en que vive la conciencia en la era de la industria cultural. Ensoñación que se materializa en la cultura de masas como “re-encantamiento del mundo social” y “reactivación de los poderes míticos” (cf. Buck-Morss 1989:280).(Daniel H. Cabrera)

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